Prestar Atención
Prestar Atención es uno de los nutrientes esenciales de cualquier vínculo. Es el equivalente a regar una planta. No es lo único que requiere la planta, pero es básico. Sin el agua, la planta muere. Sin la atención, un vínculo no es capaz de sobrevivir.
Por ejemplo, si reconoces uno o más vínculos tóxicos, no basta con saber que existen. Si realmente quieres trascenderlos, una de las tareas esenciales será retirar tu atención, lo que seguramente te abrirá las puertas a otras tareas, no obstante, mientras continúes prestando atención, el vínculo seguirá vivo y nutriéndose.
Ahora bien, qué pasa con vínculos valiosos, que sí queremos conservar.
¿Estás prestando la suficiente atención?
La mejor forma de boicotear un vínculo es dejar de prestar atención, aun si se trata de una conducta inconsciente, no elegida.
Si ocurre esto, en muchos casos bastará con darse cuenta (por haber prestado atención) para que la conducta reactiva ceda ante el peso de la consciencia y seguir nutriendo el vínculo que valoramos.
En otros casos, es posible que hayamos dado con algún patrón arraigado que requerirá un proceso terapéutico más profundo, el que tendremos a nuestro alcance gracias a haber prestado atención.
Y cuando hablamos de vínculos, no sólo aplica a personas, también podemos revisar (volver a ver) nuestra relación con la Tierra, con la Naturaleza, con los alimentos, con el dinero, con el afecto, con el merecimiento, con determinadas ideas o creencias, con determinados grupos, con determinados lugares, etc.
Brindamos nuestro poder al prestar atención.
Damos vida a través de la atención.
¿A qué le estás dando poder?
¿A qué le estás dando vida?
Análogamente ¿Qué estás dejando morir?
Finalmente ¿Estás eligiendo que así sea?
Mauricio Onetto